sábado, 10 de noviembre de 2012

Capítulo 6 ~ El final de un cuento de hadas.


Me hallaba tumbada en el sofá, tapada con una calentita manta de terciopelo, mientras pasaba las hojas del libro que me había comprado unos días atrás… El día había sido devastador.
Lo que hoy había ocurrido en el instituto me había cambiado. Estaba segura de que nada volvería a ser lo mismo desde entonces. 
El simple intento de rememorar lo vivido esa mañana me destruía por dentro.

*Flashback*

Caminaba con Alba, una de mis mejores amigas, hacia la máquina expendedora mientras buscaba a Uxía con la mirada, parecía como si se la hubiese tragado la tierra.

Introduzco las monedas en la ranura y recojo el sándwich vegetal y el agua que han caído. Espero a que Alba recoja su sándwich, pero, de pronto unas manos me rodean la cintura y me arrastran hacia algún lugar. Cuando me giro, veo su rostro, sus perfectos ojos azules centelleaban. Niall estaba tan guapo ésta mañana. ¿Pero qué digo? Él estaba guapo siempre.

Alba nos miraba con una de sus caras extrañas. Le hice un gesto que indicaba que volvería enseguida.

Niall me guió hasta las escaleras, en las que no había absolutamente nadie. Me apoyé en la pared y él me rodeó con sus brazos,  entonces, nos miramos a los ojos, sonreímos, nos inclinamos hasta que nuestros labios se rozaron, nos besamos y el tiempo se paró. En ese momento, solo éramos nosotros, disfrutando de aquel beso interminable.

Niall: Ya te echaba de menos.
Tami: Hmm… Creo que yo más.
Niall: Imposible.
Tami: Cierto.
Niall: Cállate.
Tami: Cállame.

Rozó mi mejilla derecha con su mano y acercó su rostro al mío, volvimos a fundirnos en un beso, esta vez más corto.

Niall: ¿Crees que podrías quedarte aquí todo el descanso?
Tami: Bueno, tengo que ir a avisar a Alba.
Niall: Bien, te espero aquí –dijo dándome un beso en la mejilla.

Salí hacia el patio en busca de Alba, cuando salía me encontré con Laura, una de las “amigas”, por no decir súbditas, de Sara. Me miró con una mirada un tanto desafiante, como siempre. “Ay, hija de mi vida, cuánta envidia”, no pude evitar pensar.

Unos cuantos pasos más adelante estaba Marta, una chica de mi curso, le pregunté por el paradero de Alba y me dijo que había subido a la biblioteca. “Otra vez para arriba” pensé.
Lo bueno era que volvería a verle a él, aunque solo fuesen unos segundos, ya que el camino más corto hacia la biblioteca pasaba por las escaleras en las que Niall me esperaba. 
Sinceramente, esperaba encontrarme su sonrisa, sus ojos brillantes mirándome, pero me encontré algo que me destruyó por dentro. Parte de mi corazón se detuvo cuando vi a Niall y a Laura besándose.

No me creería lo que estaba ocurriendo si no lo estuviese viendo con mis propios ojos. No me esperaba esto de Niall, había apostado mucho por él, puse mi confianza y esperanzas en él y ahora era él el que destruía todo mi mundo.

Salí corriendo mientras las lágrimas se derramaban por mis mejillas, Niall se dio cuenta de que los había descubierto y me siguió hasta el baño. Me encerré en uno de las cabinas y cerré con el pestillo, mientras me apoyaba en la pared y me deslizaba hasta tocar el suelo. Niall me llamaba entre suspiros mientras golpeaba la puerta para que le abriera pero, lo único que yo escuchaba en aquel momento era el sonido de mi corazón quebrándose en mi pecho. Mi cabeza iba a explotar. Sentía que no podía respirar.

Niall: Amor, por favor ábreme, puedo explicártelo, de verdad…
Abrí la puerta y sin vacilar le di una bofetada. La rabia que tenía contenida dentro de mi me pudo en ese momento.
Tami: No me vuelvas a llamar “amor”, jamás. Esa palabra se dice cuando se siente de verdad.

Salí a toda prisa del baño. Mientras caminaba hacia clase me secaba las lágrimas que resbalaban sin cesar por mis mejillas. En cuanto llegué recogí todas mis cosas y decidí marcharme a casa, el dolor que sentía era insoportable. Y no me refería al dolor físico, sino al dolor de verdad, ese que hace que no puedas parar de llorar, ese que te destroza lentamente por dentro, ese que no olvidas, ese que te hace pensar que no podrás seguir. Ese que te hacía ver, que el cuento de hadas se había acabado, y no tenía un final feliz.

*Fin del flashback*

Me levanté del sofá y me acerqué al piano que meses atrás había abandonado y cubierto con una sábana blanca. Desde aquella vez no volví a tocar. Había pasado tardes maravillosas sentada frente a ese piano con… Al pensar en él se me erizó la piel y exhalé un suspiro. Desde aquella vez no volví a confiar en un chico como confié en él, hasta que apareció Niall y me dejé llevar como una tonta. La historia se repetía.

Me senté en el banquito que estaba frente al piano y toqué algunas teclas. Me sorprendió que siguiera afinado después de tanto tiempo. Me relajé un poco y empecé a tocar.

"Turnaround, every now and then I get a little bit lonely and you're never coming around, turnaround, every now and then I get a little bit tired of listening to the sound of my tears".

Seguí tocando durante unos segundos, hasta que las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos. Intenté por todos los medios contenerlas y terminar la pieza, pero me fue imposible. Dejé de tocar y empecé a hacerme preguntas.

“¿Por qué siempre había algo que se entrometía en mi vida amorosa? ¿Por qué el destino se cebaba tanto conmigo? ¿Qué había hecho mal?”. Me parecía increíble lo que estaba ocurriendo, no hacía ni un día, yo estaba con Niall en el paseo, disfrutando de sus besos y de sus abrazos y ahora, estaba sola, muriéndome por dentro. Le había dado demasiado, en muy poco tiempo. Había sido una completa idiota.

Volví a tumbarme en el sofá y entre lágrimas, me dormí, en un intento de escapar de la cruel realidad.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Capítulo 5 ~ Amor , felicidad y... problemas .


 A la mañana siguiente me desperté vivaz y contenta. Saludé a mis padres, le di un beso a mi hermana y no solté alguna de mis contestaciones bordes.
Madre: ¿Qué te pasa? Pareces distinta.
Yo: ¿Eh? ¿Qué pasa? ¿Yo no puedo estar feliz?.
Madre: Bueno, sí…
Escuché como mi padre susurraba a mi madre que por una vez me dejara en paz, que no desaprovechara este momento de buen comportamiento. Puse los ojos en blanco y me fui al instituto.
Cuando llegué no me quedaba tiempo para buscar a Harry, las clases habían empezado hacía cinco minutos y mi profesor era muy exigente respecto al horario. A pesar de apresurarme, me gané un castigo. Genial, ahora ya no lo vería hasta el final del día. Llegó la hora libre y yo me quedé sentada en el pupitre.
Profesor: Esto se lo ha ganado, señorita. Usted sabe bien que no me gusta castigar a mis amados alumnos. Ahora, si me perdona, debo irme. Pero no se haga ilusiones, he mandado a un alumno maduro y responsable para que la vigile. – Y salió del aula.
Genial, ahora además de estar castigada, tendría que aguantar a un imbécil mayor que yo haciéndose el típico chico popular.
Harry: Bueno, señorita, ¿qué hace usted aquí sola, castigada?.
Mi cara se iluminó. De acuerdo, admitir las cosas no era lo mío, pero este año era el mejor del mundo.
Yo: ¡HARRY! – Grité llena de felicidad.
Harry: Sí, presente con mis rizos – Me reí.- Hey, tenemos que hablar de lo de ayer.
Esas eran las palabras que me temía. Seguro que no le gustaba y quería decirme que no me hiciera ilusiones. O peor, a lo mejor me contaría que solo me quería como amiga. O en el peor de los casos, que le gustaba Sara. Se me apagó la sonrisa.
Yo: ¿No te gusto verdad? ¿Prefieres a Sara? ¿O a Laura? ¿No sientes lo mismo? Ay, lo sabí… - Me calló con un beso y me quedé tranquila.
Harry: Me gustas Uxía, me gustas. Lo que pasa es que ser la novia de Harry Styles es duro, eh, tendrás que soportar a millones de Directioners mandándome mensajes pervertidos por Twitter o… - Sabía que iba a decir. Sabía que las fans me iban a insultar. Estaba completamente segura, sobre todo por el ejemplo de Danielle, Eleanor y Perrie.
Yo: Mmm… Creo que podré aguantarlo – Dije guiñándole un ojo.
Nos pasamos la clase hablando y cuando sonó el timbre, nos besamos por última vez y se fue. Estaba completamente enamorada y fuera de este mundo, así que cuando entró Sara y me vio en ese estado, empezó a gritarme hasta que le escuchara y mi paz interior se extinguió.
Sara: Qué tal, Uxía. Se te ve feliz… QUE SEPAS QUE HARRY ES MÍO, ¿OKEY? ASÍ QUE DÉJALO EN PAZ, O SABRÁS LO QUE ES BUENO. – Se sacudió su larga melena rubia y volvió a su sitio.
Perfecto. Ahora tenía un novio famoso y una estúpida amenazándome. Esperé a que la campana diera la salida y me fui corriendo a casa. Para mi sorpresa, mis padres y hermana se habían ido de viaje de negocios, dejándome a mí sola porque ‘tu educación es muy importante, por eso no debes perderte tus clases’. Muy bien, muy bien. Mi familia en Nueva York y yo como una idiota en mi casa. Comí lo que mi madre me había dejado preparado para calentar en el microondas, me cambié el uniforme y llamé a Tamara.
Tamara: ¡Hey, Uxía!. ¿Dónde te has metido hoy?. Te he buscado por todo el instituto y no aparecías…
Yo: Lo siento, me castigaron. Pero mereció la pena… - Y así empecé a contarle todo a mi amiga.
Tamara: ¡Vaya! Es genial… ¡Pero no más que lo mío! – Empezó a hablarme de un montón de cosas que en gran parte no entendí, ya que las iba mezclando y no sabía por donde seguir.
Pasamos hablando al teléfono más de dos horas y cuando sonó el timbre, me despedí de ella y le dije que más tarde la llamaba. Me volví a cambiar del pijama a unos vaqueros y una sudadera de Oxford, la típica. Bajé tan rápido como pude y abrí la puerta, pero delante de mí solo había un ramo de flores y una tarjeta.

Para la flor más bonita del mundo. Te quiero.

                                                         Harry.

Estaba viviendo un sueño y otra vez me había quedado pasmada mirando el ramo, hasta que volvieron a llamar al timbre. Me levanté del sofá de mala gana y abrí.
Danielle: ¡Hola Uxía! ¿Puedo pasar? – Preguntó con una sonrisa de oreja a oreja.
Yo: Sí, claro, adelante. – Contesté contenta.
Le ofrecí una taza de té y mientras se la tomaba, me habló de Harry.
Danielle: Es bonito ser la novia del que alguna vez fuiste fan, ¿verdad? – Asentí y ella continuó.- Es precioso. He venido por dos cosas, la primera que Harry dice que hoy no podrá visitarte porque tiene ensayo con los chicos, pero que mañana por la mañana vendrá temprano, si no es molestia. – Le dije que le comunicara que mis padres no estaban y podría venir cuando quisiera, y pasó a contarme más.- Si vas a salir con él, tienes que tener en cuenta que mientras una mitad de las fans van a decir que lo cuides y que eres fantástica, la otra mitad te enviará amenazas, insultos… Y que si lo amas, tienes que soportarlo todo. – Asentí y prometí que jamás lo dejaría. Y era cierto.
Danielle se fue y yo me quedé cenando patatas fritas mientras veía una película triste en la televisión, hasta que me dormí.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Capítulo 4 ~ Palabras tan bonitas que duelen.


Después de dar un largo y maravilloso paseo por la orilla del mar, Niall me acompañó a casa. No me agradaba la idea de tener que despedirme de él, pero me reconfortaba saber que en unas cuantas horas volvería a verle.
En esa tarde había descubierto lo mucho que tenemos en común. Tenemos muchas similitudes respecto a la música y nuestra forma de ver la vida. Me habló de su vida en Irlanda, lo que me contó me maravilló tanto que tuve unas ganas inmensas de ir allí. “Algún día te llevaré conmigo” me dijo él. Eso me hizo pensar. Él era uno de los chicos de One Direction, un chico tremendamente ocupado y solicitado. Pero yo, lo veía como a Niall. El chico tierno que se sonrojaba con cada uno de mis comentarios, el de los ojos hipnotizadores y la sonrisa preciosa, el que se preocupaba por mí. Era mi Niall. Sin embargo, no lo era. No me pertenecía, ni mucho menos. Él se debe a sus fans, y yo lo comprendía. Por eso me asustaba enamorarme de él. Porque sabía que algún día todo tendría que terminar…  Y entonces, ¿qué sería de mí sin él? No, no podía enamorarme tan fácilmente, y, sin embargo lo estoy haciendo… Pero, yo no soy así. No soy tan enamoradiza… La vida me ha ido enseñando que no puedo serlo, no puedo confiar en un chico tan rápido. Pero es que Niall…
Niall: Bueno, ya hemos llegado… ¿Nos vemos mañana?
Tamara: Si no hay más remedio…
Niall empezó a hacer pucheritos. Reí. Mucho. Era una situación realmente graciosa, tendríais que haberle visto, estaba tan mono…
Nos quedamos mirando a los ojos unos segundos. Lo hacía a propósito, estoy segura. Era imposible resistirse a esa mirada. Lo cogí suavemente por el cuello y lo besé lentamente. Un pequeño beso suave y dulce. Un beso de despedida.
En cuanto entré por el portal, se fue. Sentí un pequeño vacío. “Bueno, no hay nada que no se pueda arreglar con un cachito de chocolate” me dije. Y en cuanto entré en casa eso fue lo que hice, comer chocolate. Nada, no funcionaba. Esta era una situación grave. Necesitaba consejera ya. Y esa, como no, era Uxía. Cogí mi móvil y la llamé, esperando no interrumpir su cita con Harry, de la cual, obviamente, le preguntaría absolutamente todo. Sí, soy un poco cotilla, pero prometo dejarlo.
Uxía: ¿Tami?
Tamara: Efectivamente. ¿Interrumpo?
Uxía: Para nada. Acabo de llegar a casa.
Por su tono de voz percibí que la cita había ido de maravilla.
Tamara: Bueno, ¿a qué esperas? Suéltalo…
Uxía: ¡DIOS, HA SIDO LA MEJOR TARDE DE MI VIDA! HARRY ES TAN INCREÍBLE… COMIMOS CON LOS CHICOS, DANIELLE, ELEANOR Y PERRIE Y DESPUÉS ME LLEVÓ A DAR UN PASEO POR EL PARQUE, MUY ROMÁNTICO. Y CUANDO ME DEJÓ EN FRENTE DEL INSTITUTO…
Uxía hizo una larga pausa. Oh, quería hacerme sufrir.
Tamara: ¿¡Cuando te dejó en frente del instituto qué!?
Uxía: ¡NOS BESAMOS!
Ambas soltamos un “AAAAAAAAAH” de los nuestros.
Tamara: Como me alegro, cielo.
Uxía: Bueno… ¿Y tú con Niall qué? CUENTA.
Reí.
Tamara: Nos lo pasamos genial… Me llevó a patinar por el paseo marítimo. Hicimos una carrera, casi me gana y…
Uxía: Y os besasteis.
Tamara: No, para que no me ganase, fingí que me había caído... Él vino a ayudarme y…
Uxía: Y ahí fue cuando os besasteis.
Tamara: Que no… Déjame terminar…
Reímos.
Uxía: Vete directa al momento beso, es más interesante…
Tamara: No, ahora te hago sufrir.
Hubo silencio. Di por hecho que Uxía esperaría a que siguiera con la historia, así que procedí.
Tamara: A ver… Vino a ayudarme y entonces hice ademán de besarle pero en realidad, aproveché la situación para levantarme y llegar al final del paseo.
Uxía: Pobrecillo… Se le tuvo que quedar una cara…
Tamara: No tan pobrecillo que después me la jugó. Quise besarle y se apartó. Entonces me hice la enfadada y me abrazó mientras me decía “ojo por ojo” y yo le respondí “Y boca con boca” y… ¡AHÍ FUE CUANDO NOS BESAMOS!
Otro “AAAAAAAAAH” tomó  por completo la conversación.
Uxía: Jo, qué bonito.
Tamara: Y bueno, después dimos un paseo por la orilla y me acompañó hasta casa… Pero estoy muy confundida…
Uxía: ¿Por qué?
Tamara: Porque no creo que esté preparada para salir con alguien como Niall… Sabes lo mal que lo pasé con…
Uxía: Ni lo menciones, recuerda, es tabú.
Tamara: Cierto… Y, si Niall se tuviese que ir, que algún día lo hará, yo no sé qué haría… Por eso quiero ir despacio pero es que, me es muy difícil.
Uxía: Piensa en que todo el tiempo que pases con él, lo recordarás como algo precioso. El amor es como un juego de azar, quién no arriesga, no gana ¿no?
Tamara: Si… Tienes razón… Aunque, espero que me toquen unas buenas cartas…
Uxía: Te tocarán las mejores, te lo aseguro.
Sabía que hablar con ella me animaría. En eso consiste la amistad ¿no? En apoyarse, en los buenos y en los malos momentos. Y confiaba plenamente en ella. Sí, le haría caso. De todo se aprende, al fin y al cabo…
Tamara: Bueno, hablamos mañana. Un beso, te quiero.
Uxía: Adiós cielo, te quiero.
Colgamos.
Decidí prepararme un sándwich para cenar, no tenía mucho apetito. Me lo llevé a la habitación para comérmelo mientras echaba una ojeada a los apuntes del año pasado, esta semana iba a estar repleta de pruebas iniciales, para valorar nuestro nivel… “¿Cómo pueden dudar de nuestra capacidad de aprendizaje?” pensé.
Mientras ojeaba los apuntes, me sonó el móvil. Era un Whatsapp. De… ¡Niall!
“Ya estoy deseando que llegue mañana para volver a verte. La espera se me hará eterna… Espero soñar contigo para que se me haga más amena. ¿Y tú? Soñarás conmigo. Cruzo los dedos. Buenas noches, princesa.”
“Oh my god” pensé. Vale, este chico se ha llevado toda la preciosidad y la perfección que existe… ¿Y ahora qué le respondía yo? Imposible de igualarlo. Me decidí por lo siguiente:
“Tus palabras son tan bonitas que duelen. Me has hecho sonreír. ¿Era tu propósito? Tenía pensado soñar cosas preciosas… Sí, soñaré contigo, entonces. Buenas noches, príncipe.”
Y pensando en él, me dormí. Y sinceramente, no recuerdo si soñé o no con él, pero supongo que sí, porque al despertar nadie podía borrar esa enorme sonrisa de mi cara que solo le pertenecía a él.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Capítulo 3 ~ Viviendo un sueño.

No podía creérmelo. Millones de chicas coladas por Harry Styles, el maravilloso Harry Styles, y él me había elegido A MÍ para comer juntos. Me cogió de la mano y pensé que estaba soñando.
Caminamos y mientras hablábamos de lo que nos gustaba y lo que no, de nuestros amigos y amigas…
Harry: ¿Entonces eres Directioner? Pues no lo pareces, estás muy tranquila.
Yo: Sé controlarme. – Sabía que era totalmente incierto, ya que mi único freno fue Tamara. Pero estaba demasiado avergonzada para reconocer que hubiera gritado si no fuera por mi amiga.
Harry: Me encanta que nos llevemos tan bien.
Yo: Siempre había soñado est… A mí también, eres genial – Intenté disimular la metedura de pata que había hecho. Pero no sirvió de nada, Harry se rió y me hizo volver a entrar en hipnosis.
Harry: Estás muy guapa cuando te quedas embobada.
O sea que se había enterado. Estaba tan segura de que no notaba lo enamorada que estaba de él, que no me había dado cuenta de que sabía la obsesión que tenía por esos rizos tan sexys.
Yo: Yo…
Harry: Sh, tranquila. Yo también disimulo, pero mejor que tú – Los dos nos reímos. Era cierto, yo no sabía mentir.
Llegamos al bar. Para mi sorpresa, allí estaban Liam, Louis, Zayn, Danielle, Eleanor y Perrie. Más tarde descubrí que Niall había decidido comer en su casa para no llegar tarde a ‘sus clases de canto’. Que buen mentiroso. De todas formas, decidí callarme y dejar en secreto su cita con Tamara.
Ahora tenía que centrarme y no volverme otra fan histérica. Estaba con cuatro de mis ídolos y tres de sus novias, además de que me había enamorado de Harry. Me presentó a todos los presentes y me quedé más tranquila al saber que el bar estaba vigilado y que no entraría ninguna fan.
Cuando terminamos de comer me despedí de las chicas, que ahora eran amigas mías, y de mis ídolos, que me dieron dos besos mientras Harry les lanzaba una mirada asesina. Aunque yo no lo noté.
Me llevó a un parque que estaba bastante lejos de la ciudad, ya que fue una hora en coche. Aunque no nos dimos cuenta de que el tiempo pasaba, era evidente que en la limusina había de todo y con la conversación que Harry aportaba no paraba de reírme.
Harry: Me lo estoy pasando genial. – Se mordió el labio y yo sentí como me moría de amor por dentro – Pero me lo pasaré mejor cuando lleguemos.
Y llegamos. El parque era fantástico. Parecía desierto, pero lo preferí a un paseo por la ciudad con miles de fans sacándose fotos con Harry. Sí, era muchísimo mejor.
Harry: Mis padres me traían de pequeño aquí. Por eso te he traído a ti, un lugar especial, con una persona especial.
Me sonrojé. No paraba de decir cosas estúpidas y tuve que repetirme mentalmente que parara. Sabía que era idiota. Me veía idiota. Sin embargo, Harry parecía no notarlo. Y eso me tranquilizaba mucho.
Harry: El sábado hay una fiesta. Podríamos ir, ¿no te parece?.
VALE. Harry Styles me había pedido que le enseñara el instituto. Después me invitó a comer y más tarde me llevó a su lugar favorito. Pero esto… Esto era irreal. Pensé pellizcarme para comprobar que no estaba soñando. Lo hice. Salté del dolor y Harry se echó a reír. Al principio me sentí de nuevo idiota, pero después yo también reí. Sabía que tenía que tomármelo todo con gracia.
Yo: Estaría bien – Contesté sonriendo. - ¿Puedo preguntarte algo?.
Harry: Claro. Te escucho.
Yo: ¿Porqué yo? No soy especial… No soy guapa, no soy especialmente interesante y aburro con facilidad. No soy capaz de mantener una conversación sin hacer o decir algo ridículo. Y no estoy a la altura de ir a una fiesta con alguien como tú, alguien como Harry Styles.
Harry: Sí que lo eres. Eres todo eso, y muchísimo más. Y yo seré Harry Styles, pero cuando estoy contigo… Cuando estoy contigo, puedo ser simplemente Harry.
Y no mentía. Sus grandes ojos verdes que siempre me habían llamado la atención me observaban, y parecían decir la verdad. Por un momento, por un segundo, él me hizo sentir especial. Me hizo saber que podría ser yo misma, y gustarle igual.
Yo: Gracias. Esto es como un sueño. – Y sonrío.
En ese momento miro la hora. ¡Las 20:30! Tendría que haber llegado a mi casa hace mucho. Le había prometido a mi madre que la ayudaría a limpiar.
Yo: Harry, me encanta estar aquí contigo, pero… - No me dejó acabar.
Harry: Lo sé, tienes que irte. Venga, vamos al coche.
Subimos a la limusina y nos dejó delante del instituto. No podía dejarme en frente de mi casa, a mis padres no les parecería normal.
Harry: ¿Nos veremos mañana?
Yo: Sí – Contesté sonriendo con cara de idiota.
Harry: Me encanta esa sonrisa.
Y me besó. Se apartó para ver si yo le correspondía. Esperé unos segundos, le agarré y lo impulsé hacia mí.
Después, sin más, me fui andando a mi casa. Y mientras, pude notar como Harry me seguía con la mirada.
Estaba deseando que llegara mañana. Había sido el mejor día de mi vida.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Capítulo 2 ~ Momentos mágicos.


{Narra Tamara}

Llevaba caminando un buen rato. El lugar donde Niall me había citado no me quedaba precisamente cerca. Lo único que podía sentir ahora mismo eran los nervios reconcomiéndome por dentro. Hacía ya bastante que no sentía las piernas y no pensaba con mucha claridad, hasta que lo vi. Esa sonrisa tan inconfundible y esos ojos azules, que me encantaban. Estaba sentado en un banco del pequeño parque en el que habíamos quedado. Le sonreí cuando me encontré a pocos metros de él. Me respondió con un fuerte abrazo de bienvenida. Me encantaba esa sensación de protección que me daba. Estar entre sus brazos era algo increíble. Él hacía que me sintiera especial, querida. Cuando nos separamos pude lograr ver una bolsa que había escondido detrás del banco.
Tamara: ¿Qué debo suponer sobre lo que hay en la bolsa?
Niall: ¿Qué bolsa?
Tamara: La que has intentado esconder detrás del banco.
Le sonreí burlona y se sonrojó. Era tan tierno.
Niall: Bueno… Tenía pensado llevarte a patinar por un paseo que hay cerca de la playa…
Tamara: Lo conozco. Es un lugar estupendo. He ido algunas veces con Uxía y algunas amigas… Aunque hoy la compañía no se puede comparar…
Volvió a sonrojarse. En serio, ¿¡se puede ser más mono!?
Cogí la bolsa y saqué los patines, eran en línea. “Dios, hace un montón que no patino con estos patines, me la voy a pegar” pensé. La idea de hacer el ridículo delante de Niall me horrorizaba.
Caminamos en silencio unos 10 minutos, lanzándonos miradas cariñosas y sonrisas. No hacían falta palabras. En ese momento, nuestros ojos eran los que hablaban. Llegamos al paseo marítimo. Estaba prácticamente desierto, algo raro...
Niall: ¿Preparada?
Tamara: ¿Yo? Siempre.
Esta vez le saqué la lengua y, con los patines ya puestos, salí a toda velocidad.
Tamara: ¡Te apuesto lo que quieras a que llego antes al final que tú, pequeño leprechaun!
Sonreí mientras observaba como Niall a lo lejos me perseguía.
La carrera era bastante emocionante, por un momento llegamos a estar igualados, después volví a tomar el primer puesto, pero, en el último tramo Niall se aprovechó de mi cansancio para adelantarme. No podía permitir que ganara, a saber qué querría el irlandés como premio. Niall estaba a punto de llegar al final del paseo. Solo me quedaba una opción.
Tamara: ¡AAAAAAAAAAAAH!
Niall se giró y me vio en el suelo, gritando como una histérica. Vale, me pasé con el realismo. Corrió a ayudarme.
Niall: Hey, ¿estás bien?
Estaba tenso y de sus ojos brotaba la preocupación. Acerqué un poco mi rostro al suyo, estábamos a escasos centímetros. Él buscó mis labios por un segundo, sin resultado. Le sonreí. Me levanté y salí corriendo hasta el final del paseo marítimo. Niall me observaba atónito unos metros más atrás. Mientras se iba acercando, me apoyé en la barandilla.
Niall: Eh, has hecho trampa, chica mala –susurró en mi oído.
Entonces no pude resistirme. Acerqué mi cara a la suya y busqué sus labios con los ojos cerrados, pero, éstos no aparecían. Cuando abrí los ojos Niall estaba alejado de mí, riéndose a carcajadas.
Niall: Pececillo, boqueas mucho…
Tamara: Eres idiota.
Le di la espalda y fijé mi mirada en el mar. Después de unos segundos sentí cómo me rodeaba con sus brazos.
Niall: Ojo por ojo…
Me giré para mirarle, divertida.
Tamara: Y boca con boca.
Le rodeé el cuello y busqué sus labios de nuevo, esta vez con éxito. ¿Sabéis lo que es un momento mágico? Ese momento que jamás olvidarás, en el que todos tus sentimientos se descontrolan y lo único que puedes pensar es: “Que no se acabe, que no se acabe”. Ese, era uno de esos momentos. Pero como todo lo bueno, tuvo su fin. Aunque no definitivo.
Cruzábamos miradas mientras sonreíamos como estúpidos.
Niall: ¿Sabes? Eres única.
Tamara: Entonces, estamos hechos el uno para el otro, porque tú también lo eres.
Nuestros labios volvieron a unirse durante unos segundos que se me hicieron demasiado cortos, así que, hubo que repetir.
Me giré para seguir observando el maravilloso océano en toda su extensión. Era una vista magnífica. Los brazos de Niall seguían rodeándome.
Tamara: Uf, empieza a hacer algo de frío.
Entonces, Niall puso su chaqueta sobre mis hombros y me apretó más fuerte contra su cuerpo. Le di un pequeño beso en la mejilla y seguimos contemplando el mar. Tenía más que claro que ese día sería uno de esos días inolvidables.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Capítulo 1 ~ Empieza el instituto.

Me levanté con pereza al escuchar a mi madre.
Madre: ¡UXÍA! ¡DESPIERTA YA! ¡VAS A LLEGAR TARDE AL INSTITUTO!.
No tenía ganas de nada. No me apasionaba el estudio y allí no tenía muy buenos amigos. Sólo me animaba la presencia de mi amiga Tamara. Cada año decía lo mismo: ''Ojalá llegue a esta cárcel algún chico guapo y amable'', pues ella era una romántica empedernida. 
Desayuné corriendo y cogí mis cosas, me esperaba el peor día de mi vida. Cuando por fin llegué al instituto, Tamara estaba junto a un montón de gente viendo algo que yo no podía ver, había demasiadas personas que ocultaban lo que todos admiraban. Me acerqué a ella para saludarla.
Yo: ¡Hey Tami! ¿Qué es lo que hace aquí tanta gente?
Tamara: ¿Es que no lo sabes? ¡One Direction asiste a nuestro instituto este año!
Yo: ¿¡QUÉ!?
¡No me lo podía creer! Siempre había sido Directioner en secreto con mi amiga, ya que nadie estaba tan loca por esos cinco chicos como nosotras. Era una obsesión, siempre estábamos soñando con ellos y si venían a España, nos desplazábamos los kilómetros que hicieran falta para ir a verlos. Y ahora estaban aquí, en mi instituto... Dolía admitirlo, pero por una vez, me gustaría que este año nunca terminara.
Tamara: ¡Venga, preséntate a ellos! Están dos cursos por delante, pero eso no importa, siempre puede saltar la chispita del amor...
Yo: Oh vamos Tami, siempre has estado colada por Niall.
Tamara: Habla la ''Sra. Styles''. Por cierto, ese nombre en tu cuaderno te quedó precioso - Dice guiñándome un ojo.
No podía creerme que lo hubiera visto. Había guardado ese cuaderno como un tesoro, como he dicho a nadie le gustaba One Direction. Sin embargo, ahora que estaban aquí, todos parecían locos de la emoción. Mi amiga hacía lo imposible por acercarse a los chicos, pero Sara y Laura, las ''guapas y populares'' no dejaban que nadie los tocara. Insoportables creídas... Que estúpidas. No saben ni pronunciar sus nombres. Estaba soñando con los chicos cuando los gritos de Tamara me despertaron.
Tamara: Uxía, Uxía, Uxía... ¡UXÍAAAAAA!.
Yo: ¿QUÉ?.
Tamara: Estaré loca, pero me parece que Harry te ha sonreído.
Yo: ¿Qué? ¿Harry? ¿A... a mí?.
Me giré para verlos. Esos grandes ojos verdes y su sonrisa tan bonita, estaban dirigidos a mí. ¿A mí?... A lo mejor los cereales me habían sentado mal... O eso creía hasta que se acercó.
Harry: ¡Hey, hola! Soy Harry, ¿me enseñas un poco esto?
¿HARRY STYLES, me estaba hablando? Me puse tan nerviosa que no podía parar de hablar y de mover las manos, así que le tiré el café a Laura encima de su vestido nuevo, que empezó a gritar como una loca diciendo que se las voy a pagar. Noté como mi cara se iba poniendo roja poco a poco. Dentro de un rato estaría mas colorada que un tomate. Y no era de extrañar, había hecho el ridículo delante de Harry, con el que llevaba soñando hacía años.
Tamara: Pero que has hecho Uxía, mantente callada y limítate a enseñarle esto, o lo estropearás - Me aconseja susurrando.
Yo: Está bien, de todas formas, solo me ha pedido que lo acompañe para no perderse. No significa nada.
Tamara: Podría haber elegido a Sara, pero te sonreía a ti, estoy segura. Venga, ve.
Lo saludé como si no me importara, como si estuviera tranquila y lo trataba como otro chico más, cuando en realidad era el chico de mis sueños. Me mordía la lengua para no hablar y decirle que lo admiraba desde que los había escuchado, que siempre me habían encantado y que me parecía de lo más sexy. Pero me callé como mi amiga me había dicho, y seguí enseñándole las instalaciones.
Harry: ¿Cómo te llamas?
Yo: Y... yo... Soy Uxí... Uxía.
Harry: ¡Qué nombre tan bonito! ¿Te apetece ir a tomar un helado cuándo terminemos el recorrido?. - Me dijo mientras se mordía el labio.
No sabía que hacer. Las manos me temblaban y estaba sudando. Además, para mi sorpresa, había descubierto que cuándo se mordía el labio me volvía loca.
Yo: Me encantaría - Contesté sonriendo.
Por su parte, él volvió a morderse el labio, y ahí me dí cuenta de que ya no lo amaba como ídolo, sino que también lo amaba como persona. Estaba deseando terminar, ya que además de que deseaba charlar con él, odiaba este edificio. Acabamos nuestra larga visita y nos fuimos a la cafetería del colegio. 
Harry: Wow, conoces esto muchísimo.
Yo: Bueno, un poco, en realidad no me gusta esto.
Harry: Ya, a mí tampoco. Pero necesitaba una excusa para conocerte.
¿Había dicho ''una excusa para conocerte? ¿Harry me lo había dicho... a mí?. Solo me frenó algo para no sobrepasar el borde de la locura y empezar a ponerme nerviosa: Tamara estaba paseando de la mano con Niall. Parecían de lo más felices y reconozco que me celé un poco porque Harry no me hubiera dado la mano.
Harry: Así que los ojos azules de Niall han triunfado. Pues que bien.
Yo: Mi amiga siempre estuvo enamorada de él - Dije riendo. Pero en seguida paré, no sé si hice bien en decir eso. No creo que a Tami le gustara. Seguro que me mataría en cuanto se enterara.
Harry: Niall es muy enamoradizo. Y adorable además de sexy - Contestó riendo. Yo también me reí. Esa sonrisa me hechizaba completamente. Me desperté con el timbre y me sentí un poco mal, las clases comenzaban y yo solo había pasado una hora con Harry. Desearía tanto que durara más...
Harry: ¡Las clases! Bueno, me tengo que ir.
Yo: Y yo... Adiós...
Harry: ¿Comemos juntos después de clase? He oído que hay un bar genial muy cerca de aquí. Queda a quince minutos andando.
Eso me emocionó completamente. Nunca pensé que conocería a Harry, y mucho menos que me invitara a comer. Estaba a punto de decirle que como podía preguntar eso, que era obvio que sí, que me gustaba desde que lo había escuchado y que me parecía extremadamente atractivo. Pero reflexioné y en lugar de eso, contesté con tono tranquilo.
Yo: Me encantaría, nos vemos a la salida.
Las clases se me hacían eternas y no podía esperar a que sonara el timbre de la hora libre para contarle todo a Tamara. Además de que esperaba que ella me lo contara todo a mí. Estaba a punto de morirme cuando por fin lo escuché sonar. Salí a toda velocidad del aula y busqué a mi amiga. Nos sentamos en un banco y empecé yo.
Yo: ¡Harry me ha pedido que vayamos a comer juntos! - Gritamos juntas. - Además me dijo que había necesitado una excusa para conocerme - Seguí sonriendo. Tamara también lo hizo. Sabía que aunque siempre soñaba con él, tenía claro que no lo iba a conocer. Pero ahora que lo conocía, ella pensaba que tenía posibilidades.
Tamara: ¡Niall me pidió vernos por la tarde en el parque! Es tan adorable... Con esa sonrisa tan brillante en su cara, me dijo: ''Encantado de conocerte, soy Niall, y necesito conocerte, eres preciosa''. Pensé que estaba durmiendo, no podía creer que fuera real... - Y siguió hablando. Ya podía esperar, cuando Tamara empieza a contar algo que le entusiasma, no para hasta que termina. Cuando acabó de contarme todo, la alarma nos ordenó volver a las clases. 
Las ciencias parecían no tener fin y cuando llegó, recogí rápidamente mis cosas y salí afuera. Harry me esperaba rodeada de chicas, lo que no me hizo mucha gracia hasta que me sonrió y nos fuimos fuera del recinto escolar. Quien sabe que tarde me esperaría...


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